No sé si os habéis parado a pensar lo que nos cuesta decir palabras
positivas sobre nosotros mismos o decírselas a los demás. Cuando se las oímos a
alguien sin querer nos salen comentarios como: “qué creída”, “qué vanidoso eres”... Sin embargo las cosas negativas nos salen una detrás de otra casi sin pensar.
Tenemos que
permitirnos querernos más y las palabras nos ayudan mucho. No es lo mismo empezar
la mañana diciendo ¡qué horrible estoy! que ¡vaya cara más buena tengo hoy! Si
nos acostumbramos a decirnos cosas bonitas a nosotros mismos y a los que
comparten con nosotros muchos momentos del día, veremos cómo estamos de mejor
humor, con más energía para afrontar el día.
Os propongo algo, por cada palabra negativa que digáis
tenéis que decir tres positivas.
Espero que compartáis con nosotros todas las positivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario